Manolo y su R4

En el año 1961 Renault estrena en el salón de Frankfurt su R4 uno de los grandes y míticos modelos de la marca del Rombo. Este coche que hoy día se considera un clásico y que a duras penas podemos ver por nuestras carreteras, fue en su día todo un avance tecnológico para los coches populares y se convirtió en un hito de diseño y un paradigma de libertad y juventud.

El 4L se fabricó en en España por la filial para nuestro país FASA Renault y así fue hasta 1994 siendo Eslovénia y España los últimos países en fabricarlo.

Manolo vive cerca de mí casa. Tiene un terreno al borde de la carretera Nacional y allí pasa sus días junto a su mujer, en las faenas de su campo , y yendo al hogar de mayores a pasar el rato haciendo teatro junto a otros amigos. Es en ese trayecto donde suele coger su R4 verde agua marina y es en ese momento donde me lo he tropezado yo cientos de veces cuando voy o vuelvo del trabajo.

Hace ya tiempo que dedico alguna foto a esos coches clásicos que encuentro por ahí. No es mi actividad fotográfica más desarrollada pero confieso que me gusta. Hace meses se ha visto algo más incrementada por mi buena relación con dos fotógrafos, Raúl Gonzalez y Pedro Díaz Molins que son auténticos forofos expertos en la materia.

Bajé la cuesta que lleva de mi casa a la casa de Lolo y mientras caminaba con mi Rolleiflex 2.8F en la bolsa, me iba preguntando a mi mismo si realmente me interesaba fotografiar el coche o buscar la historia que había detrás de él, es decir la de su dueño junto a al coche. La respuesta estaba clara, la historia de ambos era lo que quería, siempre me puede la parte social de la fotografía.

Lolo ronda 78 años muy bien llevados . Tras un rato esperando que venga del huerto, que he disfrutado junto a su mujer hablando de todo un poco, aparece con su gorra de rayas y su chaqueta gris. No aparenta su edad.Me recibe con mucha amabilidad y le ilusiona hablar de su coche, cosa que hacemos un rato antes de entrar en faena fotográfica.

Lolo me cuenta que compraron el coche en 1978 o así justo cuando uno de sus dos hijos hacía la primera comunión y que jamas ha tenido ni va a tener otro.Presume del estado de sus coche y lo enseña casi como un objeto que ha marcado su vida y la de su familia.

¿Vamos a probarlo? me pregunta, y así si quieres podemos hacer las fotos por ahí.Pues claro le digo y me monto en la parte del copiloto. El salpicadero rebosa de vida, un Santo preside el centro y entre muchísimos papeles, mascarillas anti covid y trastos diversos que le dan color, aparecen las fotos de sus dos nietos de los que presume con orgullo.

Subimos a la parte de arriba del barrio y allí le hago una serie de fotos en las que ambos dos, coche y dueño, son los orgullosos protagonistas.

El 4L es hoy muy poco común en nuestras carreteras.Los catalizadores y las normas anti contaminación marcaron el final de la historia de uno de esos coches cuya identidad les hizo perdurar más de 30 años.

Gente como Manolo y los coleccionistas se han encargado de mantener su memoria presente y gente como yo y otros nos dedicamos a que perdure para siempre gracias a la fotografía.

Todas las fotografías se hicieron con una Rolleiflex 2.8F y carretes Kodak porta 400 revelados a a mano con un baño de dos pasos de Cinestill C-41.

Gracias a Manolo por su exquisita amabilidad y su paciencia.